La Inmortalidad Es Posible
Más allá de aumentar la Esperanza de Vida
Créelo, no falta mucho tiempo. Hace no tanto la gente pensaba que la tierra era plana -bueno hay estupideces que renacen. No es cuestión de fe y mucho menos de fe ciega. La inmortalidad es posible y poco a poco la ciencia se acerca a conquistar esa última frontera.
La esperanza de vida en el mundo ha venido aumentando conforme pasan los años y hay quienes afirman que en esta década esta puede ir aumentando al menos un año cada año. ¿Qué haríamos con más tiempo? Pero más aún qué tendríamos que hacer para ganar ese mayor tiempo? ¿Qué tendríamos que hacer para ganar la inmortalidad?
En la Biblia está escrito que los patriarcas rebasaban los 100 años, Abraham mismo, padre del monoteísmo, concibió a su hijo Isaac cuando tenía 80 años y Sarah dejó el mundo, nos dice la Biblia, a los 127 años de edad. La Biblia también dice que Adán y Eva, códigos para referirse a lo masculino y femenino, eran inmortales, hasta que comieron del fruto del conocimiento del bien y del mal.
Irónico que ahora en un mundo plagado de necesidades de entender la vida, sea la ciencia la que religiosamente nos explica que la inmortalidad sí es posible. Hay varios acercamientos, aquí dejo algunos abajo, pero lo importante es que la idea de vivir para siempre lleva más bien a preguntar ¿cuál es el propósito de la muerte?
Hoy la esperanza de vida promedio en el mundo oscila entre los 72 y los 89 años, según el país y el estudio, poco más o poco menos. Pero OK. Mi abuela Ana, madre de mi padre, murió de 101 años y se fue por decisión propia aduciendo que estaba ya cansada y algo harta. Anunció su partida, suspendió ella sola sus medicamentos y una semana después se fue contenta a ese lugar que Shakespeare llamó el país sin descubrir.
Pero vale resaltar su conciencia y pleno uso de sus facultades mentales. Incluso cuando fui a despedirme de ella en 2012, tuvimos una conversación sobre los candidatos a la Presidencia de México y sobre algunas de sus preocupaciones familiares cuyo control decidía soltar para poder partir ligera, sabia que dejó el mundo el mismo día que José el Soñador. He conocido más historias y seguro tú también has escuchado algunas. Existen esos curiosos casos que desafían la norma y que superan por mucho el promedio.
En mi historia personal sale también mi tatarabuela materna que dejó el mundo a los 107 años. No poca cosa si consideramos que la mujer con el récord mundial de longevidad lo sigue teniendo hasta ahora la francesa Jeanne Louise Calment, habiendo alcanzado los 122 años con 164 días. Hoy el lugar de la mujer más longeva viva, al 30 de noviembre de 2019, lo ocupa la japonesa Kane Tanaka, quien está a días de cumplir 117 años. Muy poca cosa si consideramos que por alguna razón la biblia dice que Adán vivió 930 años, Noé 950 y el famoso Matusalén 969. ¿Te imaginas? Hay quien sí.
El cabalista, mi maestro Rav Berg habló de inmortalidad y de sus implicaciones espirituales en el libro Inmortalidad: La inevitabilidad de la vida eterna y hoy día 24 del mes lunar de Escorpión es el Aniversario de Rabí Avraham Azulai (Entra al vínculo y conoce quién fue), cabalista del siglo XVI quien también, desde entonces habló exactamente de la misma posibilidad de vivir para siempre.
Hoy están José Luis Cordeiro, David Wood, Aubrey de Grey y por supuesto Ray Kurzweil quienes desde una perspectiva todavía no taaan aceptada hablan de inmortalidad, muerte de la muerte y bueno, también de singularidad. La muerte de la muerte es posible.
Pero también desde una perspectiva más aceptada y, digamos científica, la inmortalidad es un tema que ya desde hace unos pocos años está en boca de científicos como Carlos Martínez Alonso y en un diario como El País, en esta entrevista de hace 3 años.
También en una línea más aceptada, cabe destacar que en 2009 se ganaron un premio Nobel de medicina las descubridoras de la Telomerasa, la enzima que promete retrasar el reloj del envejecimiento: Elizabeth Blackburn, Carol W. Greider y también Jack W. Szostak.
Abajo una perspectiva un poco más escéptica que me parece digno incluir, parafraseando su afirmación final de que cuando surquemos una barrera de décadas o milenios en la esperanza de vida, los escépticos se convertirán en creyentes, como suele suceder, pero que lo importante ahora es aprovechar al máximo la vida.
Quizá posturas escépticas como esta anterior, más que hacernos dudar, puedan acercarnos a la pregunta de ¿por qué todavía tenemos que morir? Más que una respuesta me viene a la mente aquella frase del Poeta Jaime Sabines en su poema Del Mito:
“Mi madre me contó que yo lloré en su vientre.
A ella le dijeron: tendrá suerte.
Alguien me habló todos los días de mi vida
al oído, despacio, lentamente.
Me dijo: ¡vive, vive, vive!
Era la muerte.”
Claramente hasta el día en que escribí esto, podemos pensar que todavía había un propósito en ese acto llamado morir, pero conforme nos acercamos a una mayor conciencia espiritual global, sí es posible ir poco a poco prescindiendo de ello, hasta que podamos llegar a estar en el mundo indefinidamente. La ciencia se va acercando cada vez más a lograrlo y habrá un día en que será lo más común.
Y bueno, mientras tanto, para concluir el artículo les dejo con una entretenida charla de TED de Juan Carlos Cordeiro que bien vale la pena disfrutar sobra la inmortalidad y la posibilidad científica de la longevidad indefinida.
La realidad es que sí es cierto que el mundo puede cambiar más en los próximos 10 años que en los pasados dos milenios… Y la historia continúa.