
SER COMO EL ÁGUILA
Descubriendo Nuestro Máximo Potencial
Tenemos un potencial mucho mayor de lo que podemos imaginar. Y no me refiero al supuesto mito de que solo utilizamos el 10% de nuestra capacidad cerebral, me refiero al potencial que tenemos para alcanzar nuestra mejor versión haciendo y expresando al mundo lo mejor que podemos SER.
El filósofo alemán del Siglo XX, Martin Heidegger, ha sido uno de los pensadores que más profundamente han abordado el concepto del “Ser”, y dice que el ser es cuando el ser humano decide vivir como lo que realmente es, como alguien que abre y crea nuevas posibilidades, en otras palabras que podemos entender mejor, como alguien que crea su realidad y hace historia.
En la Kabbalah, entiendo de mis maestros, existe una diferencia clara entre ser efecto de lo externo, de las circunstancias, y ser causa, ser determinante y creador de nuestra propia realidad.
Cuando no somos auténticos, cuando no somos, simplemente vamos flotando, dejando que sea el entorno lo que nos determina, mientras que por otro lado cuando SOMOS, entonces podemos con nuestro interno cambiar nuestro entorno. Ser, auténticamente SER, tiene una gran importancia en estos tiempos tan retadores.
SER tiene qué ver con la mejor versión de cada una y cada uno de nosotros. Cada una y cada uno de nosotros tenemos una especie de mapa del alma, tenemos una especie de software que tiene la información de aquello que venimos a ser y a expresar en esta vida en la que estamos.
SER implica determinación, ser determinante del propio destino. Liberarse de los miedos, las culpas, adicciones y demás ataduras. SER significa dar a los demás en el mundo lo mejor de nosotros, lo que sólo nosotros tenemos para compartir, lo que nos hace, nuestros regalos, nuestro amor al prójimo como a nosotros mismos.
Ser nuestra mejor versión implica alcanzar nuestro máximo potencial y compartirlo con los demás. Sumar a la colectividad. Aportar, y para eso, el águila tiene mucho que enseñarnos.
Más allá de la metáfora, del ave que conquista alturas, que a cierta edad tira su pico a golpes para poder después con un nuevo pico arrancarse las garras viejas y encorvadas, para entonces crecer garras nuevas que le permitan nuevamente cazar y sobrevivir mejores años en su vida (esa es una falsedad). Más allá de ser el ave que se sacude a los cuervos volando más alto de lo que pueden aguantar. Más allá de las comparaciones que podamos anotar de las maravillosas cualidades del águila hay otra comparación que resulta de gran importancia en estos momentos que vivimos.
Estamos en tiempos sumamente importantes para la historia de la humanidad. Estamos transitando a una nueva conciencia más elevada y diferente para toda la humanidad y México juega en esto un papel fundamntal.
En México tenemos un gran potencial, seguramente en varios países también, pero México tiene un destino espiritual sumamente especial y eso hay que tenerlo presente.
Además de ser uno de los cuatro polos espirituales más importantes del mundo, según escuché decir a mi maestra Karen Berg, México tiene un gran papel en el despertar de la nueva conciencia que está emergiendo y justo lo estamos viviendo en estos momentos y lo podemos ver incluso reflejado en la bandera, en el símbolo del águila devorando a una serpiente.

El Águila y la Serpiente
Sabemos que la historia nos cuenta que los antiguos mexicanos procedentes de Aztlán, su tierra originaria, iban peregrinando en busca de una señal para determinar en dónde habrían de establecerse. La encontraron en el lago de Texcoco. Vieron, dicen algunas versiones, a un águila parada en un nopal devorando a una serpiente, en algunos códices así sale, en otros no, pero sea lo que sea que digan los debates históricos al respecto, o si es verdad o no, lo que sí es un hecho es que ese símbolo tan poderoso pasó a casi todas las banderas que ha tenido México, y no es casualidad que sea símbolo conocido en el mundo entero, gracias a su bandera.
Pero ¿qué significa el símbolo del águila y la serpiente?
De acuerdo con una interpretación más de corte espiritual, el águila representa al alma, y la serpiente representa al cuerpo, y esa es una batalla que está presente en varias cosmogonías , la batalla entre el cuerpo y el alma. En el símbolo que México muestra al mundo está presente ese mensaje, como símbolo: la victoria del alma sobre el cuerpo.
En palabras cabalistas se trata de la victoria del deseo de recibir para compartir sobre el deseo de recibir solamente para uno mismo, en otras palabras la victoria del bien sobre el mal. De hecho el fundador del Centro de Kabbalah, Rav Yehuda Halevi Ashlag define a la maldad como el exceso de deseo de recibir para uno mismo.
Vaya, pensemos en los males que nos aquejan como sociedad, en la corrupción, en la falta de auto estima, en la envidia, el miedo y la culpa, son todos reflejo de un deseo de recibir para uno mismo y no es responsabilidad de ningún líder, sino de cada uno y cada una de nosotrxs el transformarnos. Tener una batalla interna y conquistar poco a poco ese deseo de recibir para uno mismo y transformarlo en deseo de recibir para compartir con los demás. Simple.
Ser auténticos, ser como lo que nuestra alma trae impreso que seamos implica volar a grandes alturas, implica vencer sobre los impulsos egoístas, sobre la mente pequeña y de miope visión de corto alcance. El águila siempre ha sido símbolo de poder en varias culturas, la serpiente bueno, sabemos que su simbología casi siempre ha estado asociada a la vileza, al chisme de pasillos, a la mentira y al engaño.
En otras palabras el deseo de recibir para uno mismo, vs. El deseo de recibir para compartir que significaría el águila y así como tal está expresado en la bandera mexicana, en las monedas y símbolos de esa patria que tiene tanto que aportar al mundo, y para lo cual todavía además tenemos que sacudirnos a los cuervos que montados en la espalda intentan picotearnos y sabotear el vuelo.
Lo único que tenemos que hacer es volar más alto. Lo estamos logrando. Lo lograremos.